Para algunas personas el año da comienzo con el año escolar, que es cuando se ponen en marcha después de las vacaciones de verano y empieza de nuevo la rutina, tanto de trabajo como de los colegios.
A mí me pasa algo así y desde hace unos años he tenido la idea de que el año empieza en el mes de septiembre, así que la agenda que utilizo para las tareas pendientes del día a día suele empezar en verano, este año empezó en julio y así comienzo a hacer mi pequeña lista de propósitos como si fuera el 31 de diciembre.
Tampoco soy una persona que se proponga las típicas cosas de ir al gimnasio, adelgazar nosecuantos kilos, dormir tantas horas.... Lo mío va más orientado a mi productividad en las tareas que realizo, en la organización de la mesa en la que trabajo, metas que conseguir en mi blog o en el canal de Twitch... Pero también ocurre que termina el verano, cambia el clima, así que me gusta pensar en otras cosas que no son tanto objetivos y propósitos como ideas a la hora de realizar los menús semanales o la ropa que pueda hacerme falta cuando llegue el frío.
Hoy vamos a hablar de este tipo de cosas sencillas en las que pienso ahora que llega el otoño (está aquí ya mismo), esta especie de año nuevo que empieza para mí.